¡¡Envíos GRATIS a partir de $150.000 !!
Hace seis años, en un restaurante cualquiera, conoci a un extraño y se convirtio en el hombre que se marcho o, mas bien, en el hombre que nunca volvio a dar señales de vida. Un pequeño consejo: si no has salido, tocado ni besado a alguien en años, no intentes alejarte a rastras ni esconderte del que se marcho. William Carter, el extraño que conoci hace seis años, era la ultima persona que imaginaria encontrar en la empresa de mi padre, donde trabajo. Mientras entro en panico, lucho contra el nudo en mi estomago y me esfuerzo demasiado por actuar con normalidad, me doy cuenta de que ni siquiera me recuerda. No estoy segura de si deberia sentirme aliviada o desconsolada. Todo empeora cuando me entero de que tendremos que trabajar juntos en un espacio reducido, muy cerca el uno del otro, pero al menos le hago saber que ya no siento nada por el. Por si se habia hecho ilusiones. Mientras tanto, escribo listas y hago cambios importantes en mi vida, porque se que estoy preparada para ser la heroina de mi propia historia. Sin embargo, tener a William a un suspiro de distancia no ayuda, sobre todo cuando las cosas cambian entre nosotros y empezamos a cruzar las miradas en las reuniones. Luego aparece en los lugares que menos esperaba como en mis citas a ciegas o en los clubs de sexo. Tambien me regala queso porque sabe lo mucho que me gusta y me deja notas secretas en mi oficina. Si te lo estas preguntando, sigo sin sentir nada por el. Nada en absoluto. Aunque me habia prometido a mi misma que nunca pospondria mi propia vida por quedarme esperando a otro chico, temo que William Carter, que me mira como si fuera suya y siempre lo hubiera sido, pueda arruinar mis planes esperanzadores. Y probablemente mis planes con cualquier otro chico, ya que anhelo sus caricias como nunca antes habia anhelado algo en la vida. Pero ambos sabemos que somos una causa perdida, asi que seguimos admitiendo que ninguno de nosotros esta enamorado del otro. Ya no. Para nada. Ni siquiera un poco.

CHARLIE EL AMOR Y LOS CLICHES - MAISE ELLA.

$29.900,00 $18.000,00
Precio sin impuestos $14.876,03
CHARLIE EL AMOR Y LOS CLICHES - MAISE ELLA. $18.000,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Centro Cultural Cabildo Tucumán 660* Jesús María* Córdoba

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.
Hace seis años, en un restaurante cualquiera, conoci a un extraño y se convirtio en el hombre que se marcho o, mas bien, en el hombre que nunca volvio a dar señales de vida. Un pequeño consejo: si no has salido, tocado ni besado a alguien en años, no intentes alejarte a rastras ni esconderte del que se marcho. William Carter, el extraño que conoci hace seis años, era la ultima persona que imaginaria encontrar en la empresa de mi padre, donde trabajo. Mientras entro en panico, lucho contra el nudo en mi estomago y me esfuerzo demasiado por actuar con normalidad, me doy cuenta de que ni siquiera me recuerda. No estoy segura de si deberia sentirme aliviada o desconsolada. Todo empeora cuando me entero de que tendremos que trabajar juntos en un espacio reducido, muy cerca el uno del otro, pero al menos le hago saber que ya no siento nada por el. Por si se habia hecho ilusiones. Mientras tanto, escribo listas y hago cambios importantes en mi vida, porque se que estoy preparada para ser la heroina de mi propia historia. Sin embargo, tener a William a un suspiro de distancia no ayuda, sobre todo cuando las cosas cambian entre nosotros y empezamos a cruzar las miradas en las reuniones. Luego aparece en los lugares que menos esperaba como en mis citas a ciegas o en los clubs de sexo. Tambien me regala queso porque sabe lo mucho que me gusta y me deja notas secretas en mi oficina. Si te lo estas preguntando, sigo sin sentir nada por el. Nada en absoluto. Aunque me habia prometido a mi misma que nunca pospondria mi propia vida por quedarme esperando a otro chico, temo que William Carter, que me mira como si fuera suya y siempre lo hubiera sido, pueda arruinar mis planes esperanzadores. Y probablemente mis planes con cualquier otro chico, ya que anhelo sus caricias como nunca antes habia anhelado algo en la vida. Pero ambos sabemos que somos una causa perdida, asi que seguimos admitiendo que ninguno de nosotros esta enamorado del otro. Ya no. Para nada. Ni siquiera un poco.